Si me amas, hazlo como al contemplar la rosa.
Hay un tiempo exacto para abrir su piel;
Conocemos cuando va a florecer:
Sus pétalos vivos, el perfume elegante,
Aquel tallo firme que cautiva.
Puedes tocarla, puedes amarla,
incluso admirarla.
Pero déjala siempre ser.
No detengas su crecimiento,
a veces duelen un poco las espinas.
Ámala por como quiera florecer.
Sé que quieres amarla aún más;
Entonces podrías cultivar tu jardín personal.
Siembra un rosal en la parcela.
Todos los días revisa la tierra.
Cuida que el sol irradie asaz.
Destruye las rosas marchitas.
Ahora comprendo, que eres audaz.
Riégalo con cuidado,
los pimpollos nacerán.
Contémplalo, ámalo diario,
platica con tu jardín.
Al paso del tiempo, florecerán.
Se abrirán a la luz del sol,
los rosales serán felices con la claridad.
Y las rosas gozosas a tu cuidado.
Han llegado las mejores temporadas.
Las rosas entre árboles crecerán.
Sueños cumplidos, juegos y carcajadas.
El rosal se enredará entre los árboles de tu floresta.
Llegarán entonces, aquellos recuerdos,
cuando las flores despiden el olor a nostalgia.
Caminemos alrededor de los rosales,
aún cuando tu vista sea turbia,
y te falte el aliento al caminar.
Olerás aquella rosa de tu juventud;
En ella quedará impregnada el recuerdo,
hasta que seas colindante del rosal del jardín.